
Una filosofĆa mĆ”s antigua que el cristianismo propone 6 preceptos para guiar a los emprendedores en sus carreras. Sorprendente como pueda parecer, contiene la misma información que hoy disponemos a partir del desarrollo de la sicologĆa y la economĆa modernas.
Esta sabidurĆa antigua, sin embargo, estĆ” maravillosamente presentada en frases simples, contundentes y profundas. Es un verdadero tesoro.
¿CuĆ”l es esa filosofĆa, dónde apareció y quĆ© es lo que propone? VĆ©anlo ustedes mismos.
Hace poco me encontrĆ© por casualidad con un artĆculo del Dr. Randy Borum, un sicólogo forense y profesor de la Universidad de South Florida que presentaba algunas de las ideas mĆ”s importantes de los estoicos, como principios rectores para los deportistas de combate.
Los estoicos fueron una escuela filosófica de la Antigua Grecia, que floreció en Atenas durante el perĆodo helenĆstico y fue fundada por Zenón de Citio en 301 AC. Fue muy influyente en su tiempo, especialmente entre los guerreros espartanos y mĆ”s tarde la Ć©lite romana. Su bĆŗsqueda principal, sin embargo, giraba alrededor de la felicidad, lo que hace felices a las personas.
Conociendo de antemano la información bĆ”sica sobre los estoicos, comencĆ© a leer el artĆculo con curiosidad por saber cómo se aplicaba su filosofĆa a la prĆ”ctica del boxeo o las artes marciales. Lo que iba a descubrir, sin embargo, era mucho mĆ”s sorprendente.
A poco de comenzar a analizar el material uno se da cuenta que los mismos principios estoicos pueden ser aplicados tanto para el Ʃxito en el combate, como para el desarrollo exitoso de empresas.
¿ExtraƱo? Puede ser, pero de hecho esos antiguos principios coinciden asombrosamente con lo que pregonan actualmente grandes empresarios, teóricos del management y los Ćŗltimos desarrollos en neurologĆa y ciencias de la conducta.
Es tan precisa la correspondencia que asusta.
Uno se pregunta cuĆ”l es la fuente de esta información para que haya estado disponible tanto para personas que existieron en la Ć©poca en que se creĆa que la tierra era plana, como para quiĆ©nes cuentan con los beneficios de investigar el cerebro y la conducta utilizando resonadores magnĆ©ticos.
Pero esto no es lo mÔs importante. Lo realmente relevante es QUà DICEN esos principios y cómo pueden ser aplicados en la vida de un emprendedor.
Estos son los seis principios:
1. Primero dite a ti mismo lo que vas a ser. Luego, haz lo que tengas que hacer. EpĆcteto.
Definición clara de objetivos y determinación. ¿No es eso lo que nos dicen que hace la diferencia? Definir claramente un objetivo (si es posible por escrito), incrementa dramĆ”ticamente las posibilidades de alcanzarlo.
No es autoayuda, es sentido común. Sin claridad de objetivos no sabemos a donde vamos. Nuestra mente no sabe qué queremos de ella o de la vida.
Definir primero quĆ© queremos ser (fĆjense que no dice “cuĆ”nto queremos ganar”), permite que luego podamos definir quĆ© es lo que tenemos que hacer para alcanzarlo.
2. Tu vida es lo que tus pensamientos hacen de ella. Marco Aurelio.
Lo dice un emperador romano, no Deepak Chopra. ¿Se entiende? Los pensamientos dan el tono de nuestras vidas. Son la guĆa. Prefiguran lo que luego va a transformarse en la realidad de nuestras vidas.
Por eso es tan importante el punto 1. Decirse a uno mismo quĆ© va a ser, quĆ© quiere ser, equivale a desarrollar eso que otros denominan “la visión”.
Los pensamientos no tienen porquƩ estar expresados solamente en palabras. De hecho, la mente tiende a pensar en imƔgenes. Las impresiones sensoriales le dan fuerza y permanencia a los conceptos que manejamos en nuestra mente.
Por lo tanto, pensar qué queremos ser y sostener esos pensamientos de manera dominante (en forma de conceptos, imÔgenes o la forma que nos sea mÔs natural), por sobre otros, es lo que nos acerca a nuestros objetivos, Lo que va a hacer realidad nuestra visión.
MĆ”s aĆŗn, visualizar objetivos es una tĆ©cnica que utilizan hoy los mejores deportistas (Tiger Woods, entre ellos), pero que estĆ” avalada por el trabajo y los avances de la sicologĆa deportiva y la neurologĆa.
De todas maneras, lo importante aquà es que recuerdes: tu vida es lo que tus pensamientos hacen de ella. Define lo que quieres ser y piensa de acuerdo a ese ideal o visión. Sostén y clarifica permanentemente esa visión.
3. Lo que nos perturba no son las cosas, sino cómo las vemos nosotros. Lo que importa no es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas a eso. EpĆcteto.
Este principio es fundamental para poder manejar los avatares y problemas que, indefectiblemente, todos encontramos en el camino. Esto es lo que nos da la capacidad de la perseverancia. Lo que nos da serenidad.
Una cosa es la realidad objetiva (lo que nos sucede) y otra lo que nosotros interpretamos de esos hechos. En buena medida lo que percibimos como “realidad” es una interpretación. Es el filtro coloreado con el que observamos las cosas.
Que un fracaso sea algo “malo”, por ejemplo, es sólo una interpretación. No lo sabemos. Puede que sea la semilla de algo mejor.
Grandes inventos (como la penicilina), surgieron por accidentes de laboratorio y hasta el Viagra surgió del intento por crear una droga para el corazón. Muchas de las grandes empresas actuales (Federal Express o Apple, por ejemplo) estuvieron en algún momento al borde de la bancarrota, a veces en las etapas tempranas de su vida.
Un fracaso puede ser un aprendizaje.
Obviamente, no tenemos control sobre todo y quejarnos o lamentarnos por aquello que sucede fuera de nuestro control es una pĆ©rdida de energĆa y de foco. Recuerden: concentren sus pensamientos en lo que buscan, no en lo que los aleja de ello.
4. Tienes poder sobre tu mente, no sobre los eventos externos. Date cuenta de esto y encontrarƔs fortaleza. Marco Aurelio.
EstƔ muy ligado con lo anterior. Lo que estƔ sin dudas bajo nuestro control es nuestra mente. Aunque controlarla sea uno de los trabajos mƔs duros del mundo.
Controlar lo que pensamos y cómo interpretamos los sucesos que enfrentamos en la vida (en la vida empresaria, por ejemplo), es lo mÔs cerca que estaremos nunca de controlar nuestra experiencia.
Eso afecta nuestras posibilidades de éxito, por supuesto. Pero el camino que nos lleva a él estÔ plagado de incertidumbres y eventos ajenos a nuestra voluntad. El único poder que tenemos estÔ dentro nuestro y es la base de nuestra fortaleza.
5. Estar en todos lados es no estar en ningún lado. Séneca.
Foco. Concentración. Es
monotasking mƔs que
multitasking. La mente humana tiene la capacidad de procesar unos 110 bits de información por segundo. Solamente escuchar a una persona dando una conferencia consume unos 60 bits por segundo de esa capacidad de procesamiento.
Tenemos un recurso valioso que hay que saber utilizar sabiamente. ¿En quĆ© lo vamos a utilizar?
Enfocarse en una actividad requiere cierto gusto y placer por esa actividad. La concentración deviene asà naturalmente.
Esto es lo que los sicólogos denominan estado de flujo o “estar en la zona”. Entrar en un estado en que todo lo demĆ”s no importa, el tiempo pasa sin darnos cuenta. Estamos totalmente concentramos en el Ahora, en lo que estamos haciendo en este momento. No estamos ni en el futuro, previendo el resultado de nuestras acciones, ni estamos en el pasado, lamentĆ”ndonos por algo que hemos hecho mal o por algĆŗn error que cometimos.
El
trader de acciones (en el sistema de EZ, un Mercader), estÔ enfocado en su pantalla, igual que el programador (un Arquitecto o un Inventor). El vendedor (un CapitÔn o un Artista), estÔ totalmente entregado a la presentación que estÔ haciendo y el Canciller se halla absorto en la negociación de un
deal.
No tienen la mente dividida, estÔn en un sólo lugar y en un solo momento. Aquà y ahora.
6. Controla tus pasiones, no sea que se venguen de ti. EpĆcteto.
Equilibrio y serenidad. Cualquier empresario de Ć©xito los tiene y los recomienda. ¿Y cómo se obtienen? En parte tomando distancia entre lo que nos sucede y nuestros propios estados de Ć”nimo.
Por supuesto, uno puede reaccionar a una pérdida con dolor y es natural hacerlo. Pero hay una diferencia entre expresar naturalmente el dolor y entregarse a la depresión o la ira porque las cosas no son cómo uno quiere.
Los estoicos decĆan que hay que distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no. Lo primero podemos intentar cambiarlo y lo segundo hay que aceptarlo.
Por otro lado, las emociones son como ondas, mientras mƔs alto es el pico, mƔs profundo viene a ser luego el valle. La serenidad que mantengamos en el fracaso, por ejemplo, estƔ relacionada tambiƩn con el equilibrio que tengamos en el Ʃxito. Y viceversa. Cuando las cosas salen bien, celebrarlas, pero con equilibrio. De ese modo los fracasos nos encontrarƔn mejor parados.
En pocas palabras: limitar los extremos de nuestras emociones.
Esto no quiere decir que no tengamos pasiones, entendidas como un llamado, una vocación, un placer por hacer ciertas actividades. Significa que no conviene dar rienda suelta a emociones extremas, porque terminan cobrÔndose su precio con el tiempo. Odio, miedo o ansiedad intensas, son enemigos del juicio claro para tomar decisiones.
¿Se imaginan a Richard Branson tomando una decisión por miedo? ¿O a Warren Buffett actuando por ansiedad?
Cada gran empresario de la historia ha seguido, a veces por conocerlos intuitivamente, la mayorĆa de estos principios. Los aplican con naturalidad, sin pensarlo.
Para el resto de nosotros, tener esta lista a mano y repasarla a menudo puede ser una gran ventaja. Es como llevar un tesoro en el bolsillo.
fuente: http://www.emprendedorzen.com