
Lo siguiente es un extracto de un artĆculo escrito por Napoleon Hill en su bestseller Piense y HĆ”gase Rico.
...."Para el no iniciado, que no se ha educado en los principios fundamentales de la mente humana, quizƔs estas instrucciones parezcan poco prƔcticas.
Para quienes no consigan reconocer la validez de estos seis puntos,
puede ser útil saber que la información que difunden fue revelada por Andrew Carnegie, el cual empezó como
un obrero común en una siderúrgica; pero se las arregló, pese a sus humildes comienzos, para que estos
principios le rindieran una fortuna de mÔs de cien millones de dólares.
El mƩtodo por el que el deseo de riqueza se puede transmutar en su equivalente monetario consiste en seis
pasos prƔcticos y definidos, que son los siguientes:
Primero: determine la cantidad exacta de dinero que desea. No basta con decir: «Quiero mucho dinero».
Sea definitivo en cuanto a la cantidad. (Hay una razón psicológica para esta precisión, que describiremos en un
capĆtulo próximo.)
Segundo: determine con exactitud lo que se propone dar a cambio del dinero que desea.
(No se recibe algo por nada.)
Tercero: establezca un plazo determinado en el que se propone poseer el dinero que desea.
Cuarto: cree un plan preciso para llevar a cabo su deseo, y empiece de inmediato, sin que importe si se halla preparado o no,
a poner el plan en acción.
Quinto: escriba un enunciado claro y conciso de la cantidad de dinero que se propone conseguir, apunte el
tiempo lĆmite para esta adquisición, aclare lo que se propone dar a cambio del dinero, y describa con exactitud
el plan mediante el que se propone formularlo.
Sexto: lea su memorĆ”ndum en voz alta, dos veces al dĆa, una vez antes de acostarse, y otra, al levantarse.
Mientras lee, vea, sienta y piénsese ya en' posesión del dinero.
Es importante que siga las instrucciones descritas en estos seis pasos. En especial observe y siga las
instrucciones del sexto paso. Tal vez se queje de que le resulta imposible «verse en posesión del dinero» antes
de tenerlo realmente. AquĆ es donde el deseo ardiente acudirĆ” en su ayuda. Si usted realmente desea el dinero
con tanta vehemencia que su deseo se ha convertido en una obsesión, no tendrÔ dificultad en convencerse de
que lo adquirirĆ”. El caso es desear el dinero, y llegar a estar tan determinado a poseerlo que se convenza de
que lo tendrĆ”.
Como ayuda adicional quizĆ” le sirva saber que los seis puntos recomendados aquĆ fueron cuidadosamente
estudiados por el extinto Thomas A. Edison, que puso su sello de aprobación en ellos por ser esenciales no
sólo para la acumulación de dinero, sino para la consecución de cualquier objetivo.
Estos pasos no requieren «trabajo duro». Tampoco sacrificio. No exigen que uno se vuelva ridĆculo, ni
crédulo. Para utilizarlos no hace falta educación superior. Pero la aplicación eficaz de estos seis pasos exige la
suficiente imaginación que nos permita ver y comprender que la acumulación de dinero no se puede dejar al
azar, a la buena suerte o al destino.
Uno debe darse cuenta de que todos los que han acumulado grandes
fortunas primero han soƱado, deseado, anhelado, pensado y planificado antes de haber adquirido el dinero.
Llegados a este punto, usted sabrƔ tambiƩn que nunca tendrƔ riquezas en grandes cantidades a menos que
pueda llegar a ser la viva expresión del deseo ardiente por el dinero, y que realmente crea que lo poseerÔ...."